Legitimas Demandas

Por estos días hemos sido testigos del movimiento de estudiantes secundarios en varias ciudades de nuestro país. Rancagua no es la excepción, en buena hora los jóvenes buscan respuesta a sus inquietudes y demandas. Pero también ha sido víctima de la insensatez de algunos que con su actuar afectan el sentido de dichas demandas.

Además se ha visto una constante en varios "estudiantes", cual es su desinformación de la problemática que se está denunciando, que en algunos de sus puntos ya está resuelto o medianamente solucionado y que algunas tienen que ver con cambios más profundos del sistema y que lleva a la "masa estudiantil" a seguir conductas que, a la larga los perjudica a ellos mismos, se transforman fácilmente en instrumentos de infiltrados, encapuchados, incapaces de dar la cara, que politizan demandas que son transversales. Otros, por su parte, ven la excusa perfecta en "capear" clases y asumir la manifestación con el mejor lugar para alcanzar un éxtasis adrenalínico que les emociona hasta la irresponsabilidad de caer en el jueguito de andar de arrancando y arrasando con lo que se les cruce, creyendo que el acto vandálico es el precio que debe asumir la sociedad por no atender a sus "derechos", olvidando que los derechos de uno terminan cuando se violan los derechos de los otros.